Sistema constructivo

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  • 22 December 2022
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Construimos en Sandwich. Bueno, está terminado y navega bien desde hace muchos años. Pero no me parece un sistema aconsejable para unidades grandes y constructores pequeños. Bien es cierto que permite la construcción de casi cualquier unidad sin necesidad de molde; es verdad que da como resultado embarcaciones resistentes y ligeras, pero… Tengo varios peros.

Permite que actúe como si tuvieras la misma idea que nosotros en 1984, es decir, ninguna. Una estructura sandwich está formada por dos capas de material resistente separados por un núcleo ligero, al que están perfectamente pegadas. En nuestro caso, las capas resistentes son laminado de fibra de vidrio (poliéster reforzado con fibra de vidrio) y el núcleo, espuma de PVC.

En este sistema constructivo, se comienza por realizar un maniquí de material desechable (normalmente tableros de contrachapado y/o aglomerado y listones) con la forma de la pieza que quieres construir (imagina una jaula de madera con forma de casco de embarcación y, mentalmente, inviértelo, ponlo boca abajo).

Sobre esa “jaula” supón que comienzas a sujetar mediante tornillos las láminas o planchas del material que será el núcleo de nuestro futuro sandwich; así, vas forrando el maniquí de, por ejemplo, planchas de espuma de PVC (puede ser madera de balsa, paneles alveolares en nido de abeja, etc.; no tardarás en comprender que las espumas de poliuretano y poliestireno no sirven). Al terminar el proceso, tendrás un casco de embarcación construido en espuma (si tu opción ha sido espuma de PVC) y sustentado sobre listones y maderas varias; es en esta fase cuando las visitas poco avezadas en estos jaleos, se acercarán entre temerosos y respetuosos al futuro casco, lo tocarán como con miedo, moverán imperceptiblemente la cabeza hacia los lados y, cortésmente cariacontecidos, se despedirán en el convencimiento de que sus amigos han perdido definitivamente el juicio; eso, si el visitante no goza de una sinceridad a toda prueba, en cuyo caso y tras la inspección, exclamará con voz cavernosa: “No me subiré yo en este trasto”. Tú, como si nada. Rellena las uniones entre las planchas con masilla de poliéster, quita con lija cualquier irregularidad, aspira concienzudamente el PVC y lamina, amigo mío, lamina mucho.

Una vez hayas laminado el número de capas previsto, habrás de lijar el casco, masillarlo, volverlo a lijar, repetir el proceso tantas veces como sea preciso para conseguir el nivel de acabado deseado y, por fin, pintarlo. Llegados a este punto, le darás la vuelta, lo apoyarás en cunas lo más sólidas y adaptadas posible, arrancarás las maderas del maniquí, eliminarás el material del núcleo (PVC, balsa, etc.) de las zonas sometidas a esfuerzos de tracción (línea de crujía, unión casco cubierta, futuros anclajes de estructuras sometidas a tracción) para terminar laminando el casco interiormente. El resultado será un casco sandwich, si bien, créeme, se cuenta muy rápido, pero se ejecuta muy despacio.

Mis “peros” al sistema son varios. En primer lugar, el trabajo de acabado es colosal, equivalente al de la construcción de un molde. En segundo lugar, los costes del sistema son elevados; si no han cambiado las cosas, el precio de los materiales alveolares es brutal.

En nuestro caso, el mercado de las espumas de PVC, estaba dominado por una sola marca que poco o nada hacía por los amateurs. Si las cosas han cambiado, tanto mejor, pero valora este aspecto concienzudamente. El hipotético ahorro de no construir un molde no debe hacerte olvidar que los trabajos de acabado son largos, tediosos, sucios, insalubres y caros. Suma, además, el coste y trabajo del maniquí, que no es poco. Probablemente se pueda construir un molde partiendo de formas planas, con planchas de fácil desmoldeo y acabado perfecto (melamina, formica) amén de explorar otros materiales de los que ignoro todo: Acero, aluminio, contrachapado, ferrocemento. Examina atentamente tu situación particular; quizás, cerca de ti, alguien comparta tu locura y tenga o busque un molde, domine el metal o la madera; explora, investiga, ningún material es perfecto y la cuestión es llegar a tener un barco razonablemente sólido, ligero y de mantenimiento asequible. Que no te líen: El mejor barco es el que está a tu alcance.

(En cualquier caso, constantemente me voy a referir a una construcción sandwich. A fin de cuentas, es lo que conozco un poco.)