Nunca celebraremos lo bastante que el diseñador a quien compramos los planos, no dispusiera de proyectos de una eslora mayor. Perfectamente habríamos iniciado la construcción de cualquier barbaridad; de hecho, 12,60 metros de eslora, 4,20 de manga, 2,10 de calado, 10 toneladas de desplazamiento, excede con mucho lo razonable. Bien es verdad que a la mar, metros, pero es prudente adecuar las dimensiones de nuestro luminoso objeto del deseo a nuestras posibilidades reales.

También es importante hacer una cuidadosa elección del proyecto en base a lo bien resueltas, explicadas y pormenorizadas que estén las distintas fases del proceso constructivo. Unos planos excesivamente ramplones, carentes de información fundamental, complican exponencialmente la aventura constructiva. Fue nuestro caso y no es una experiencia aconsejable. Contamos con planos detallados para construir casco, orza y timón; del resto, mejor no hablar. Sería una excelente idea que te atrincherases previamente en una buena colección de libros sobre construcción amateur.

Desafortunadamente, tuvimos conocimiento de la existencia de una editorial especializada (Loisirs Nautiques, en Burdeos, Francia) cuando el Albanta estaba listo para ir al agua. Bien es cierto que eran otros tiempos, finales de los ochenta, y la oferta era más reducida que ahora. En cualquier caso, no eches en saco roto esta sugerencia. Lo que inviertas previamente en información, te lo ahorrarás con creces en tiempo y dinero, amén de que conseguirás mejores resultados.