El local

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  • 22 December 2022
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En nuestro caso, un corral que alquilamos en Villamayor, pequeña población a pocos kilómetros de Zaragoza; administrativamente, un barrio de la ciudad, pero en realidad, al menos por entonces, un pueblo con identidad propia. Fue necesario construir una techumbre de uralita y hacer una acometida de corriente eléctrica. El resultado fue un cobertizo excesivamente caluroso y polvoriento, cuyo techo hubimos de desmontar en varias ocasiones: Laminado del apéndice de la orza, giro del casco, colocación de la cubierta y, una vez más, cuando tuvimos que dejar el corral inicial y trasladarnos a otro. En el nuevo emplazamiento, continuamos la construcción al descubierto, toda vez que el casco ya contaba con cubierta.

En más de una ocasión, Rosa y yo comentamos cuanto mejor hubiera sido buscar una casa que tuviera un terreno adjunto suficientemente grande para efectuar la construcción. La distancia del domicilio al lugar de construcción, supone una cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero que hace que valga la pena, en un proyecto así, cambiar de vivienda. En nuestro caso, veinticinco minutos de tiempo nos separaban del lugar de construcción, atravesando una ciudad frecuentemente atascada. Casi una hora invertida entre ir y volver, amén de las incomodidades que fácilmente supondrás.