Por cierto aprovecho para advertirte de un problema que se puede plantear en un proyecto similar; es preciso que entiendas con claridad meridiana que en los trabajos en resina de poliéster y fibra de vidrio la resistencia no se consigue por el “pegado” de una capa sobre la anterior, sino por la fusión de esas capas entre sí. Para que esa fusión se produzca, es preciso que la capa anterior, sobre la que vas a dar la nueva, no esté curada “del todo”. El proceso de curado de la resina (equivalente a nuestro coloquial “secado” de una pintura, por ejemplo) es un proceso químico que tiene varias fases. Una de endurecimiento, bastante rápida y otra de maduración que se prolonga varios días, de modo que si hoy laminas sobre lo que trabajaste ayer el resultado será correcto, conseguirás una fusión entre las capas y la pieza trabajará como si la hubieras hecho sin interrupciones.
El problema surge en los trabajos de acabado de unidades grandes. Como estos trabajos son extraordinariamente lentos y laboriosos, cuando has conseguido una superficie lo suficientemente lisa como para ser pintada, el curado de los laminados y de las masillas que hayas podido emplear es absoluto, de modo que el isogel (te lo recuerdo, una resina) se pegará a la superficie, pero no obtendrás fusión química. Es cuestión de tiempo que ese isogel se desprenda o se ahueque; siendo como es la primera y más importante barrera contra el agua, tómate en serio esta reflexión.
Si me pides opinión, te contestaré que vayas directamente a un acabado epoxi. Hoy yo laminaría el casco con una resina de calidad hasta alcanzar el número de capas previsto en el proyecto. Seguidamente añadiría un par de capas de mat laminadas con resina teñida de un color conspicuo, de modo que la diferencia de color me permitiera en el proceso de lijado saber cuando había llegado a la zona “intocable”, usaría masillas epoxi en las labores de alisado del casco y finalizaría con pinturas también epoxi.
A título de comentario decirte que cuando se trata de laminar sobre laminado viejo, la regla básica es comunicar la mayor rugosidad posible al substrato aumentando así la zona de contacto y la adherencia. La ausencia de humedad en este tipo de trabajos es fundamental.
Luís Martí
Administrativo de oficio con múltiples aficiones. Aprendiz de todo, especialista en nada, inquieto de manual y bastante cegato. Tuvo la fortuna de coincidir con Rosa y llevar juntos a buen término un proyecto descabellado.
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